Denim

Cotidianidades

De cuando lo común, lo ordinario, satura mi cabeza

Miércoles

"La Pluma del Ganso", número 105, Mayo-Junio 2019.

Desde hace un tiempo que los miércoles transcurren así, silenciosos, reptiles, rastreros. Se deslizan suavemente por entre mis dedos, se cuelan traidores entre mis ojos. Suenan a nada. Reverberan huecos en mis oídos, soplan sin fuerza sobre mi piel y pasan, cual fantasmas carentes de olor y sustancia, entre los huecos de mi nariz. Los miércoles están hechos de otro material distinto al de los demás días. Ellos, los miércoles, pertenecen al limbo. No son ni de aquí ni de allá. Ni principio ni fin de semana. Justo a la mitad, como estorbando, como cansados, como indecisos. Ahora que lo pienso bien, los miércoles son como la cima de una elevada colina que comenzamos a escalar penosamente los lunes al sonar el despertador y que, felizmente, habremos bajado por completo a última hora del viernes. El miércoles llegamos fatigados, sin respiración, hasta la cima. Luego ya viene el descenso, que no necesariamente tendrá que ser mas sencillo que el ascenso. Simplemente es diferente. Y allí, en la cima, el miércoles plácidamente se ríe de nosotros, que somos demasiado imperfectos para soportar la equilibrada simetría de ese día, del miércoles.